Blogia
jorge camacho

Maradona y el mundo

Para la mayoría de los amantes y no amantes del fútbol, Maradona es sinónimo de habilidad, de astucia, desenfado, vicios y de Argentina. Es justamente en su patria donde se profesa, de manera rutinaria, intensa y ritual, una admiración pasional que ha muchos santos les gustaría recibir.


Image hosted by Photobucket.com
Diego en el 81


Las razones para su endiosamiento, paulatinamente acrecentado después de su voluntario-forzoso retiro, son muy variadas y, por no decir menos, dispares.

Así encontramos quienes afirman, desde un punto de vista psicológico, que ven a Maradona como un ser empático, adaptable a una realidad común para la mayoría de argentinos: un muchacho pobre, humilde que “pudo salir de su villa y triunfar afuera, donde los más grandes se estremecían con sus piruetas”.

Esto genera que su vida sea vista como una forma de escape social, una ruta de victoria posible dentro de las pocas esperanzas de progreso dentro de un país (sociedad, continente) roto por la economía de malos años y gobiernos corruptos.

Una manera de verlo, quizá más tradicional o reticente, es la de ser un elemento incomodo, sucio, vil, rudo. Débil ante sus vicios más caros o sus necesidades más pobres, atrapado por sus adicciones en una espiral que, quizá, no se detenga hasta su tumba. Un ejemplo de mala vida y de muerte segura.

Otros lo ven, más entregados a las pasiones más humanas, como un Dios. Elevándolo a figura sobrenatural siendo un ser terrestre, mortal e indefenso, entregado a sus mayores debilidades pero con la capacidad de motivar las mayores alegrías y, porque no, las más hondas penas.

Y es que Maradona rompe el molde “ideal” con el que los conservadores sabían protegerse. Maradona representa, en el fondo a millones de sudamericanos, africanos, asiáticos, etc. que no tienen las posibilidades de disfrutar de lo que hacen, de no poder vivir de lo quieren, de no poder transgredir las barreras sociales sólo con una pelotita. Les da la voz que los representa.

Maradona tiene poder, voz, seguidores, medios y atención. Es amado y odiado, pero lo que es más importante: es polémico y genera una opinión.

No se puede no saber de Maradona, de su vida, de sus expresiones de amor llenas de piquitos, de sus viajes, de sus ridículas estadías en clínicas para tratar sus adicciones, de sus problemas familiares, de su exesposa-esposa, de su amante latina, de las piernas que le cortaron por sus hijas.

0 comentarios